Palmas Altas, la trampa bomba de
la movilidad sevillana
Ecologistas en Acción critica la falta de planificación
del incremento del tráfico debido a este nuevo centro
comercial
Cuando todos los años por estas fechas se celebra
la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, el
Ayuntamiento de Sevilla promueve toda una serie de actos
para concienciar sobre la necesidad de una movilidad más
sostenible e, independientemente del color político del
gobierno municipal, se lanzan campañas de difusión de las
políticas desarrolladas, supuestamente en mejora de la
movilidad. Lo cierto es que año tras año desde Ecologistas
en Acción denunciamos que la mayor parte de estas
actuaciones son cosméticas y que no solucionan los
problemas reales de movilidad de nuestra ciudad. Y todos
los años tenemos que señalar que se promueven iniciativas
que de llevarse a cabo empeorarán la situación.
Y como este año no podía ser menos, Ecologistas en Acción
tiene que denunciar los efectos negativos que el gran
centro comercial proyectado en Palmas Altas tendrá sobre
la movilidad de la zona sur de la ciudad.
Palmas Altas es un gran centro comercial que se pretende
promover en terrenos colindantes a la actual sede de
Abengoa en Palmas Altas. Ecologistas en Acción ha
criticado este proyecto por varias razones. La primera,
por la gran saturación de centros comerciales que sufre la
ciudad. Esta saturación ha sido señalada por otras
entidades, por ejemplo por la confederación de
comerciantes de la provincia de Sevilla APROCOM.
Además en los últimos meses se han anunciado otras nuevas,
algunas de gran tamaño, y por tanto de gran impacto en la
realidad socioeconómica de Sevilla. Así, a la superficie
comercial que se pretende implantar en Palmas Altas,
señalada como la más grande de España, se unirían otras
como el proyecto de IKEA en terrenos de San Nicolás Oeste,
Sevilla Park en terrenos portuarios, o el que se pretende
en los bajos de la Torre Sevilla. Lo cierto es que estas
grandes superficies parecen ser iniciativas desconectadas
unas de otras, y sin que el gobierno municipal o la Junta
de Andalucía estén ejerciendo cumplan su función
planificadora. Entendemos que esta dejación en planificar
de forma global la estructura del gran sector comercial en
nuestra ciudad, permitiendo que las distintas dotaciones
crezcan como setas sin más condicionantes que la opinión
de sus promotores, hace que el daño de estas superficies
sobre el pequeño y mediano comercio de barrio sea
impredecible.
Pero también hay que señalar el impacto que esta dotación
tiene sobre el tráfico de la zona. Dada la experiencia
acumulada en los últimos años en la ciudad de Sevilla,
entendemos que una gran superficie como la que se plantea
promueve la movilidad motorizada y privada y es altamente
atrayente del tráfico. Por tanto estas grandes superficies
no pueden planificarse adecuadamente sin ir acompañada de
un estudio de la afección producida por la nueva dotación,
de una estimación sobre cómo afectará al tráfico existente
en la zona, y de la ciudad en su conjunto, y sin un Plan
de Movilidad que recoja los distintos modos de transporte
previstos y que reduzca, en todo caso, el uso del vehículo
privado y el tráfico de la
zona.
La zona de Palmas Altas y alrededores soportan un tráfico
abundante, especialmente conflictivo en horas punta, y
resulta complicado que tenga capacidad para absorber el
nuevo tráfico inducido por una superficie comercial como
la que se plantea. La cuestión es que la presencia de la
autovía SE-30, precisamente en ese tramo, debido a
diversas incorporaciones, la desaparición de dos carriles
y el estrechamiento del puente en un carril reversible, ya
soporta un intenso tráfico y embotellamientos a
determinadas horas del día. No menos importante es el nudo
que entronca con ella y da servicio al campus adyacente de
Palmas Altas, donde se encuentra la sede de la
Multinacional Abengoa y la Universidad privada Loyola de
Sevilla y que colapsa, literalmente, en horas punta. Un
incremento del tráfico producido por la implantación del
gran centro comercial es razón suficiente para hacer que
el planeamiento de la infraestructura requiera de un
estudio pormenorizado adicional por ser deficitario en
estas cuestiones.
Asimismo, la Avenida de Las Razas además de ser
en la actualidad una vía de velocidad, más que un viario
urbano, donde se superan habitualmente los límites de
velocidad permitidos, carece de líneas de transporte
público y, como señalábamos, no cuenta con accesos a pie o
de vehículos no motorizados. En cualquier caso, la
carretera del Copero es una vía de poca capacidad, que
tendría que reformarse para poder absorber el
tráfico rodado de una gran superficie comercial como la
proyectada. Además esa carretera da servicio a empresas
que requieren del transporte de sustancias peligrosas. Por
todo ello, no parece conveniente encauzar hacía ella el
tráfico y los accesos que necesita una dotación como la
prevista.
Estas amenazas a la movilidad de la zona y de la ciudad ha
sido señalado por otras entidades además de por
Ecologistas en Acción. Efectivamente, en el proceso de
exposición pública al que se sometió este proceso antes
del verano debido a un cambio de edificabilidad, en todas
las alegaciones presentadas se señalaba la necesidad de
tomar en cuenta las afecciones a la movilidad de esta gran
superficie comercial. Las alegaciones fueron presentadas
por entidades tan dispares como Ecologistas en Acción, A
Contramano, Asociación Parque Guadaira Vivo, Bermejales
Activa, pero también la Autoridad Portuaria o Metrovacesa.
Todas las alegaciones señalaban la necesidad de elaborar
un plan de movilidad antes de autorizar la
puesta en marcha del centro comercial, además de otros
aspectos como la promoción del acceso peatonal o en
bicicleta.
Son significativas las alegaciones de la Autoridad
Portuaria, que llamaba la atención sobre los impactos que
podría tener esta superficie comercial en la Av. De las
Razas, o de Metrovacesa, que señalaba la necesidad de que
los requerimientos de movilidad de este centro no
obstaculicen la de otros usos de emplazamientos cercanos.
Alegaciones similares fueron presentadas por las
asociaciones vecinales o por A Contramano, y también por
Ecologistas en Acción.
La respuesta del Ayuntamiento a estas alegaciones solo
puede ser considerada como decepcionante. Esta fue, de
forma general, que en el momento actual de la tramitación
no cabe tener en cuenta este aspecto, y que debería haber
sido considerado previamente, o en todo caso, ya se verá
en el futuro.
Y ante esto, Ecologistas en Acción se pregunta, ¿cuándo se
van a estudiar los impactos que sobre la movilidad tendrá
el centro comercial de Palmas Altas? ¿Vamos a esperar,
como en el caso de la Torre Sevilla, a que el problema
explote y promover entonces soluciones caras que no
garantizan nada? Por eso catalogamos el Centro Comercial
de Palmas Altas como la trampa-bomba de la movilidad
sevillana, porque parece que el gobierno de la ciudad no
pretende preocuparse de él hasta que se abra y explote,
congestionando aún más una zona con ya graves problemas de
tráfico.
Y mientras tanto celebrando otra Semana de Movilidad.
Porque las políticas de movilidad parece que, una
legislatura más, ni están, ni se les espera.
|