Ecologistas en Acción valora la labor social, cultural, formativa y saludable que aporta esta actividad entre distintos colectivos del barrio desde hace más de 15 años y califica de improcedente el desmantelamiento que pretenden las responsables del Distrito precisamente cuando más se necesita.
A finales del pasado año, representantes del Distrito Este-Alcosa-Torreblanca comunicaban verbalmente, y de forma completamente inesperada, la orden inmediata de desalojo permanente de los huertos sociales ubicados en el interior del Polideportivo de Torreblanca. Estas huertas urbanas, las más antiguas del barrio de Torreblanca, se encuentran cedidas desde el año 2004 para el proyecto de producción ecológica gracias a una colaboración firmada por el Área de Participación Ciudadana del Ayto. de Sevilla y el Instituto Municipal de Deportes (IMD). El día 9 de noviembre, la directora Dª Mª Victoria Olías Morán y Dª María del Carmen Mendoza exponían sin previo aviso y de manera totalmente unilateral, la decisión tomada por el Ayuntamiento de Sevilla de desalojar los huertos de su ubicación actual por motivos de seguridad. A pesar de que no existe comunicación alguna por escrito, las obras de mejora de las instalaciones de la piscina cubierta municipal parecen ser la excusa por la que instan al desalojo inmediato y al posterior traslado definitivo al interior del Parque de Torreblanca. Aunque no se prevé que las obras afecten a la zona de huertos una vez concluidas, con esta decisión desmantelan unas instalaciones en funcionamiento y a pleno rendimiento. Ecologistas en Acción quiere mostrar públicamente su rechazo a esta decisión, tanto en el contenido como en las formas, puesto que en su opinión muestran una profunda falta de respeto y hacen un flaco favor a la labor que vienen realizando los colectivos que hacen uso de dichas instalaciones.
Jesús Díaz, miembro del grupo local de Ecologistas en Acción, nos lo explica: “si la afección a la zona de huertos es durante el desarrollo de las obras debería ser provisional y de fácil solución con un acceso independiente”. El proyecto se prevé trasladar próximamente a una zona baldía y hasta el momento no acondicionada del parque cercano, sin que exista un proyecto futuro para el área ocupada actualmente por los huertos. “No se puede, de la noche a la mañana, acabar con todo y trasladarlo a un parque urbano sin un mínimo de garantías. Muchas personas mayores, niños y niñas abandonaran la actividad si tienen que desplazarse a las afueras de la ciudad, más de un kilómetro y medio, sin las condiciones necesarias para realizarla”. La federación de Ecologistas considera de inoportuna la decisión. Según Jesús Díaz estos huertos urbanos tienen un fuerte componente social precisamente donde están y son el soporte de muchas familias para atravesar la emergencia social, sanitaria y económica en la que estamos plenamente inmersos. En su opinión, dignifican la vida de barrio y son una ayuda necesaria entre los sectores más desfavorecidos dada la situación desesperada que viven muchas familias. “Se trata de darles apoyo institucional y facilidades, no de ponerles trabas. Torreblanca es un barrio con un alto porcentaje de población procedente de la inmigración rural y estas actividades están devolviendo dignidad al barrio, compartiendo sus frutos con centros educativos y proyectos sociales”, nos explica.
Entre los objetivos de los huertos ecológicos destacan la mejora de la convivencia entre el vecindario y el fomento de la dinamización social en un sector del distrito con altos indicadores de exclusión social, tareas que recaen en los servicios públicos y que, en este caso, también participan las personas de forma vocacional y altruista. Torreblanca está entre los cuatro barrios más pobres de España con el porcentaje de población desfavorecida más alto de Sevilla, especialmente entre las mujeres, según el informe ERACIS (Estrategia regional andaluza para la cohesión e inclusión social) elaborado por la Junta de Andalucía. “Estas personas comparten sus semillas y experiencias, aprendiendo a cooperar, fomentando el tejido social con grupos vecinales y participando en la educación y sensibilización para un mayor conocimiento y soberanía alimentaria” apunta Jesús. En este sentido, los huertos ubicados en el Polideportivo Torreblanca son disfrutados por personas de avanzada edad que ronda de media los 75 años y que, no obstante, mantienen la actividad en más de treinta parcelas. La Asociación “Huertos de Torreblanca de los Caños” colabora con colegios públicos, especialmente con el C.E.I.P. Príncipe de Asturias colindante. La Asociación Autismo Sevilla dispone de un espacio al que acceden actualmente cumpliendo los protocolos de seguridad y que se ha convertido en la única actividad al aire libre en la situación de pandemia. De desaparecer de la ubicación actual se les privará de un entorno educativo estructurado, controlado y saludable. También la Asociación de Fibromialgia de Torreblanca AFITOR mejora la calidad de vida de sus usuarias gracias a estas actividades.
Jesús Díaz insiste: “Los huertos urbanos constituyen una herramienta para resolver la nueva normalidad y poder realizar actividades educativas al aire libre por su seguridad, accesibilidad y proximidad. Estas personas se encuentran saludables gracias a la huerta y además, colaboran de forma comunitaria en las tareas de limpieza y siembra de árboles con asociaciones como Torreblanca Verde o el grupo de Cajas Nido de Sevilla, en proyectos de reforestación y naturalización de zonas degradadas del barrio. Para ello se utilizan los invernaderos y los semilleros de especies autóctonas que posteriormente se siembran, aumentando la biodiversidad urbana y mejorando la calidad de vida del entorno. Tememos que la inversión previa, que no es únicamente económica sino personal, social e incluso emocional, esté abocada a dilapidarse si no se dan unas garantías mínimas de continuidad”. Por otra parte, el proyecto de huertos se encuentra con una dificultad administrativa por la condición de dispersión de responsabilidades y competencias repartidas que perjudican su desarrollo. En palabras de Jesús Díaz: “Los huertos urbanos deben tener una estabilidad para cumplir con los objetivos para los que fueron diseñados, espacios de producción alimentaria, formativos, culturales y de ocio. La función de producir alimentos, lejos de ser trivial, es fundamental en nuestros días. Llevan más de quince años preparando estos suelos e interconectando la biodiversidad en el extrarradio”.
Por último también cabe la investigación en el lugar donde actualmente se encuentra emplazado. El Grupo TAR de la Escuela Politécnica de Ingenieros de la Universidad de Sevilla y el Centro Cívico de Torreblanca están convirtiendo estos huertos en el germen de proyectos impulsados por la Universidad de Sevilla. Los estudios se materializan en proyectos como el de una reserva pluvial para el riego de los huertos (con el consiguiente ahorro energético) y zona de ensayos de naturalización para experimentos de control de calidad de aguas. Los resultados se han puesto en marcha en el Área de Parques y Jardines, con excelentes resultados en el Parque de los Príncipes el pasado verano. Otro ejemplo es el Paseo Juan Saura junto a otro lugar emblemático, el canal de los presos, donde existe un proyecto de naturalización con la plantación de bandas de flores para mariposas y varias decenas de árboles, mantenidos en el invernadero de los huertos, que devuelven la vida a un espacio degradado a modo de corredor verde.