En los últimos meses estamos asistiendo en el este de Europa a una confrontación entre dos polos imperialistas en pugna por posiciones y recursos. La guerra en Ucrania:
Se ha cobrado decenas de miles de vidas humanas desde febrero de 2022, produciendo muerte, destrucción y éxodo a su paso. Refugiados, exiliados, movilizaciones forzosas, desertores.
La enorme movilización militar está acelerando los graves problemas derivados de la crisis energética y ecosocial a la que nos ha llevado el capitalismo, lo que repercute en subidas de precios de productos básicos que afectan (y afectarán más) a amplias capas de la población.
En el Estado español, un Gobierno supuestamente de izquierdas viene desarrollando una política claramente militarista, siguiendo totalmente la línea de la OTAN, encabezada por EE UU. Decisiones peligrosas que no responden a otra cosa que a mantener los privilegios de su oligarquía. El Gobierno de España y la UE están poniendo en riesgo nuestra vida para ello, por las razones ya mencionadas y por una posible extensión del conflicto. El llamado “Mecanismo Europeo para la Paz”, no es más que un eufemismo para tapar la guerra. A los ojos de la sociedad civil, la rivalidad de ambos bandos se traduce en un ejercicio de avaricia llevada al extremo en que los perdedores seguros están en ambos bandos: muertos, mutilados, expoliados, vejados y empobrecidos. Guerra es opuesto a Dignidad.
Por otro lado, no nos podemos ver reflejados en la defensa al Estado ruso, ultraconservador y militarista que no respeta los derechos individuales y colectivos, que criminaliza la protesta y encarcela la disidencia. Aliado del Estado totalitario Chino.
Es necesario presionar en la calle y en los centros de trabajo y estudio con el objeto de eliminar el gasto militar y parar la guerra en Ucrania y otras regiones del planeta.
Ante la situación actual vemos urgente generar una coordinación a nivel estatal para:
– Promover movilizaciones coordinadas para visibilizar una crítica antimilitarista y antiimperialista del conflicto.
– Señalar a los responsables y extender la desobediencia y la confrontación frente a la movilización bélica de todos los estados.
– Boicotear a las empresas que se benefician de la guerra y oponernos activamente a cualquier envío de armas o mercenarios.
Por todo esto, planteamos una movilización de ámbito estatal para el próximo 25 de febrero.
Gobierno, UE y OTAN nos arrastran a la miseria y a la guerra
Contra el militarismo y los imperios: ni Putin ni OTAN
¡Gastos militares para usos sociales!