Hoy, viernes 2 de febrero, es el Día Mundial de los Humedales. Los humedales son unos de los ecosistemas más amenazados del planeta. Algo que contrasta con los innumerables beneficios que proporcionan. Cuando se encuentran bien conservados, los humedales son los ecosistemas más productivos del planeta, concentran más biodiversidad y funciones ecosistémicas que cualquier otro, como por ejemplo el secuestro de carbono atmosférico, la termorregulación y la depuración, a pesar del poco espacio que ocupan, tan solo una milésima parte del agua del planeta. A nivel Europeo se encuentran protegidos por numerosas Directivas.
Sin embargo, desde la firma del Convenio Ramsar, han desaparecido más de la mitad de ellos. Nos encontramos ante una situación dantesca, en la que la mayoría se encuentran contaminados o en un punto crítico de degradación y desaparición. Cuando desaparece un humedal, con él desaparecen todos los servicios ecosistémicos que nos ofrece. Algunos de estos humedales que se extinguen de modo paulatino, son andaluces. Basta nombrar dos grandísimos ejemplos, como el Sistema Lagunar de La Janda, entre los grandes Parques Naturales del Estrecho y lugar de paso de todas las aves migratorias hacia África, o el Parque Nacional por excelencia, Doñana.
Pero no es necesario salir de la ciudad para encontrar humedales que debido a factores humanos se encuentran en peligro. La Laguna del Sapo y Buena Esperanza constituyen el único testigo que queda de un entorno que abastecía de agua las zonas agrícolas de Sevilla. Otras, como las lagunas de Torreblanca de los caños, permanecen solo en el recuerdo. Se trata de humedales estacionales que se nutren del agua de lluvia y mantienen el ciclo vital de multitud de seres vivos. Su singularidad radica en el tipo de hábitat, las charcas y lagunas temporales mediterráneas de inestimable valor en nuestra región, especialmente en una ciudad que viene sufriendo los efectos cada vez más evidentes de la sequía, los temporales y las altas temperaturas.
La Plataforma Salvemos el Anillo Verde del Este (SAVE!) nació con la voluntad de proteger estas lagunas y devolverles la vocación que siempre tuvieron de suelos inundables y espacios libres respetuosos con la naturaleza. Para crear el Espacio de Lagunas del Este, salvaguardar y poner en valor el patrimonio natural y cultural en esta parte de la ciudad, las asociaciones que forman parte de esta plataforma llevan varios años realizando actividades, como recogida de basuras, talleres de cajas-nido, muestreos de fauna o biomaraton de concienciación y sensibilización entre los centros educativos de los barrios colindantes. El Anillo Verde del Este es una oportunidad para conectar la red de espacios libres, que permitiría a este complejo de lagunas temporales servir de conexión con otras áreas verdes, parques y futuros espacios libres como se prevé en el PGOU de Sevilla.
Sin embargo, esta Plataforma, integrada por diversas organizaciones y personas a título individual, lamenta que la situación actual de desprotección continúa e incluso ha empeorado a causa de la fuerte y prolongada sequía que sufrimos. Situación que está siendo crítica en los últimos años para especies que se reproducen aquí, como el Triops baéticus, una auténtica joya faunística, endémica de Andalucía y protegida a nivel global, un verdadero fósil viviente que no ha sufrido cambios prácticamente desde el Triásico.
Así se le trasladó al Comité Andaluz de Humedales a través de un documento que hasta el momento ha recogido el respaldo de una veintena de colectivos, así como la adhesión de profesionales, científicos y científicas del CSIC, profesorado de la Universidad de Sevilla, y personas del ámbito académico y una petición que recoge más de 500 firmas, de manera que proceda la integración de ambas lagunas en el Inventario de Humedales de Andalucía.
Esto, sumado a los planes urbanísticos para el Distrito Este podrían suponer la destrucción de unos espacios naturales únicos en la capital. El proyecto de urbanización presentado para el desarrollo del Plan urbanístico SUO-DE-01 «Santa Bárbara» a cuya fase de exposición pública se presentaron numerosas alegaciones, lleva consigo afecciones que deterioran gravemente espacios verdes ya consolidados y de valor ambiental. Asociaciones a nivel estatal, como Ecologistas en Acción, Greenpeace, Iberozoa, WWF o SEO/BirdLife ponen de manifiesto la importancia de proteger dicho espacio en Sevilla, tanto desde el punto de vista ecológico como pedagógico.
Unido a la diversidad biológica del espacio, lo convierte en un auténtico oasis en Sevilla, donde se reproducen un gran número especies de anfibios e invertebrados acuáticos poco comunes, que sostienen una amplia comunidad de mamíferos y aves incluidas en el Listado de Fauna Amenazada de Andalucía. Espacios como estos son el recuerdo vivo de la zona sobre la que se desarrolló nuestra ciudad, de la que quedan imágenes relícticas en las Lagunas del Este de Sevilla. Mirar este paisaje es mirar hacia un futuro más amable y verde y al mismo tiempo a la historia de la ciudad.