Una vuelta a la normalidad donde las personas recuperen la ciudad de Sevilla

Confinemos los coches, recuperemos nuestro espacio y reduzcamos las emisiones y la contaminación.

Durante las semanas del confinamiento, el tráfico ha disminuido en torno al 70 %. Esto ha provocado, en el caso de Sevilla, la reducción de la contaminación del 61 %, además de dejar imágenes insólitas de calzadas y carreteras libres de vehículos.

Paradójicamente, la salida de esta dura crisis podría conllevar un aumento del uso del vehículo privado, ya que el coche ofrece una sensación de seguridad frente a los contagios. Sin embargo, esto llevaría a un aumento de la contaminación atmosférica. También incrementarían las emisiones de gases de efecto invernadero y se formarían atascos  sin precedentes. En resumen, volveríamos a un escenario de lugares inhabitables e insostenibles.

En la vuelta a lo que se ha llamado la ‘nueva normalidad’ es urgente y necesaria tomar medidas que reduzcan el tráfico y devuelvan el espacio a viandantes, bicicletas y transporte público.

Por ello, Ecologistas en Acción propone medidas dirigidas a disminuir las necesidades de desplazamiento, facilitar la movilidad peatonal y ciclista, además de garantizar un transporte público de calidad que ofrezca todas las garantías posibles para la salud y el bienestar de la ciudadanía. La implantación de estas medidas en la ciudad de Sevilla siempre han sido necesarias. En el escenario actual son imprescindibles:

Es necesario reducir las necesidades de transporte. Para ello pedimos que se apueste por el comercio de proximidad, descartando la apuesta por nuevos grandes centros comerciales en la periferia de la ciudad. Asimismo, es necesario abandonar las políticas expansivas de los últimos años, evitando el crecimiento de la ciudad más allá de sus límites actuales.

Apostamos por impulsar los desplazamientos a pie y en bicicleta para desplazamientos de menos de 6 kilómetros. Para ello sería necesario ampliar aceras y carriles bici. Esta ampliación debe ser realizada a costa del espacio dedicado ahora al vehículo privado, y en ningún caso forzando una falsa competencia entre peatones y ciclistas. Los itinerarios peatonales deben hacerse más confortables, cuidando y salvaguardando el arbolado urbano como fuente de sombra, ampliando los lugares de descanso (bancos, plazas ajardinadas) y retirando obstáculos como veladores o contenedores, que tendrán que reubicar en la calzada, en zona de aparcamiento o circulación, eliminándolo de la acera.

Es necesario pacificar el tráfico. Para ello pedimos una reducción generalizada de los límites de velocidad a un máximo de 60 km/h en las vías del municipio, a 30 km/h en las zonas urbanizadas, y a 20 y 10 km/h en aquellas áreas de uso preferente por el peatón. Pedimos también que se limite el acceso en vehículo a los barrios únicamente a los residentes, permitiendo a los no residentes accesos por tiempo limitado. Esto sería equivalente a reproducir “el Plan Centro o el actual Plan Respira” en otros barrios de la ciudad.

Volver a apostar de forma decidida por el uso de la bicicleta. Reparando y extendiendo la red de carriles bici, garantizando infraestructuras para el aparcamiento (de nuevo, sin quitar espacio al peatón), y fomentando el uso de la bicicleta de alquiler como un medio de transporte público.

Exigimos una apuesta clara y decidida por el transporte público. Esta apuesta no se puede basar en la promoción de infraestructuras caras de dudosa rentabilidad económica y social. Pedimos la puesta en marcha de forma generalizada de plataformas reservadas para el autobús público, con líneas de transito rápido. Asimismo pedimos de implementación de medidas de optimización de líneas y procedimientos (de acceso al vehículo, de cobro, de horarios regulares, de información en las paradas, etc…) de tal forma que tengamos un transporte público realmente competitivo. Pedimos también que se instaure un servicio de transporte a nivel metropolitano que realmente funcione, aumentando los trenes y frecuencia en Cercanías, en especial en las líneas C4 (Palacio de Congresos y Sevilla Este) y C5 (Sanlúcar la Mayor y Benacazón).. Todo ello, reforzando la seguridad sanitaria en todo el transporte público.

La aplicación de estas medidas podrá significar una mejora de la calidad de vida de los habitantes de la ciudad de Sevilla y su área metropolitana, con un descenso de la contaminación atmosférica y un aumento del confort en la ciudad. Lo contrario significará seguir haciendo de Sevilla una ciudad contaminada e insalubre.

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