Ecologistas en Acción denuncia los impactos socio-ambientales de la minería en Andalucía

Coincidiendo con el V salón Minero MMH (Mining and Minerals Hall) en Sevilla, Ecologistas en Acción denuncia los efectos de la contaminación minera que, desde toda la Faja Pirítica Ibérica, está afectando a numerosos cauces fluviales y al Golfo de Cádiz. La Faja Pirítica Ibérica se ha convertido en una zona minera que se extiende desde las proximidades de la ciudad de Sevilla (donde se encuentran, por ejemplo, las minas de Cobre las Cruces y Aznalcóllar) hasta el Alentejo portugués.

Los colectivos ecologistas llaman la atención de los graves impactos socio-ambientales de las actividades mineras, especialmente, en los cursos de agua. En este sentido, las organizaciones ecologistas han llamado la atención, especialmente, de los vertidos mineros que se han realizado y se vienen autorizando en la zona interior del Estuario del Guadalquivir, cercana a la ciudad de Sevilla. Una zona que ya está altamente contaminada con metales con efecto ecotóxico, tras un primer vertido de la Mina Cobre las Cruces que tuvo lugar entre 2009 y 2021. Además, es en esta zona del Estuario ya contaminada y que acumula fácilmente los metales en los sedimentos del fondo, donde la Junta de Andalucía ha autorizado un segundo vertido minero de Cobre las Cruces, que dobla en volumen al anterior, y pretende autorizar un vertido aún mayor de la Mina de Aznalcóllar. Pero la contaminación minera va mucho más allá del Guadalquivir y los conocidos por su contaminación, ríos Tinto y Odiel, denuncian los ecologistas. Así la contaminación minera afecta cada vez más gravemente y a más cauces fluviales y embalses, como la Ribera de Cobica y los embalses del Chanza y el Andévalo.

No solo nuevos proyectos mineros llenan nuestro territorio, proyectos actuales que nos vendieron como sostenibles incrementan su impacto con nuevas balsas de residuos tóxicos a perpetuidad junto nuestras casas como es el caso de MATSA en Valdelamusa (Huelva). Desde Ecologistas en Acción hemos propuesto alternativas viables de reutilización y reaprovechamiento para la Autorización Ambiental Unificada concedida recientemente para esa nueva balsa, pero la empresa ha optado por la solución más rentable a sus arcas a corto plazo pero con un mayor impacto social y medio ambiental

Además, las activistas ecologistas denuncian que hay multitud de nuevos proyectos mineros en fases de exploración y apertura que se establecerían en zonas de la Faja Pirítica Ibérica ya altamente contaminadas con metales desde los primeros proyectos de minería industrial en el siglo XIX. Incluso, algunos proyectos mineros estarían junto a cauces fluviales de gran valor ecológico y socioeconómico que aún no han sido impactados por contaminación minera. Esta nueva ola minera convertiría a Andalucía en una “zona de sacrificio”, según las ecologistas, “al comprometer gran parte de sus recursos hídricos esenciales”. De hecho, los colectivos ecologistas piensan que de aprobarse todas las aperturas de minas que están en tramitación, la contaminación minera podría comprometer la disponibilidad de recursos hídricos para consumo humano, para la biodiversidad y para el regadío en Andalucía Occidental, así como poner en riesgo la producción pesquera y de acuicultura en el Golfo de Cádiz. Un escenario que abriría la puerta para la especulación con los recursos hídricos, cuando el agua es un elemento básico para la vida, señalan las organizaciones ecologistas.

Frente a esta ola de minería altamente impactante que conlleva altos consumos de agua, energéticos y de materiales claves, los colectivos ecologistas apuestan por un reciclaje de metales, un decrecimiento y un reparto de riquezas ordenados que permitan vivir mejor a la mayoría de la gente al tiempo que se cuida el entorno natural del que depende la salud pública.

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